Archivo de poesía

Las canciones empiezan en el minuto dos.

Donde se guardan las cosas sin guardar.
Donde aparcar siempre es fácil.
Se bosteza para cantar
porque teniendo un poco ya es bastante, nunca nadie se encuentra con lo que tiene que hacer.
nunca tiene que terminar.
Las canciones que terminan son solo las primeras. 

y todos se paran a escuchar.

Hace diez años.

Si es un catastrófico principio
no sé qué pensar de los tantos
que vacilan
que nunca miran más
porque pocas veces
hacer desacralizadas las cosas.
Todo el que conoces
todo lo que ahora
y todo lo que es a venir
y todo lo sagrado
se desatanta tanto que 
si es catastrófico,
a pesar de esos tantos,
se pierde y se muere hace diez años.

Y hace diez años ya que.
Que y ya años diez hace.

Vamos a jugar con la parcialidad de un infinito cualquiera.
Con las posibilidades que no han tenido lugar.
Y con las cosas. (así tal cual.)

Vamos a mentir con la parcialidad de una canción cualquiera.
Con la cabeza que se mete porque está fuera
y con las cosas. (porque sí.)

Y vamos a meter las cabezas con los ojos cerrados.
y vamos a pararnos a escuchar.
y vamos a poder esperar a la paciencia.

así tal cual. porque sí. 

Diez mandamientos de mano primitivos.


Primero.
Tocarás como canela no descubierta,
Un orgullo borroso sucio que se escala solo a escasas rocas.
Usa la mano. toca.
Despieza por tacto diez veces un frenesí de caza.



Segundo.
Especiarás un frenesí de sal cabizalto de rompe al cielo incinera de negro usa la mano aprende ceniza hay algo  r o j i z o  lo
                                    mata pinta toca que la
                      
                                                                        mano arrastre.



Tercero.
Usarás una ceniza como unidad de medida.
Copa las conversaciones alrededor de algo, nota
la presencia con lo que arrancas.
Hay algo de hueso que masticas. Una astilla.



Cuarto.
Astillarás todas las astas.
Pasa toda la mano lenta antes.
Luego arrastra la pared con la palma.
Arranca el frío por tacto,
Cada pellizco sea herida de caza.



Quinto.
Demasiarás los tamaños del orgullo primitivo,
tanto.                      Grande,                      más.
Esfuerzo por                                            tacto.



Sexto.
Plantarás los pies con las manos,
Yema más.
Huella tres cenizas y
Colapsa huevos con las manos y
adora la albúmina y la membrana.

Pasa la mano por la roca durante nueve cenizas.

Oólogo.



Séptimo.
Pensarás en los dedos como infinitos,
abrirás al tacto la roca.
Come frío cada dedo elige carne cierra los ojos y come.
TOCA la pared mientras mastican.



Octavo.
Usarás una bestia.
Roca tu techo como una pared más.
Pigmenta el techo y el cielo.



Noveno.
No inventarás, descubre.
Forma con remordimientos
                                          pero
Destruye una hoguera apagada.
Leña.



Diez.
Palma, yema, 

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (1)


Un muerto. Es nueces rotas,
ajo picado,
limón...

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (2)


Dicen que es visceral,
  que es señora,
                 un viejo mordiendo un limón,
son       florecitas, tela de encaje,
      sentimiento sueños llamadas de
      socorro yo te ayudo
Evoca, sonroja, mentira, pizarra, bonito, tremendo.

Dicen que es ayudo,
  que es mentira,
      tela de víscera socorriendo señora,
son       viejo,  socorro,
      limones maderas gansos con
Picos rompa, arregle, construya, queme, (escriba)

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (3)


Nueces. porque la razón disipa la frente de los más
enfrentados,
enfrentados
a la razón. A la gúndula, a las partes más internas que alcanzas a tocar.

Rúcula. porque efímero es lo verde más que lo 
mucoso,
mucoso 
pero vivo, vivo y sin tintinela de la mano, la entrepierna.

Miel. porque la miel entierna. la miel la mano 
llena,
llena
de lo que no alcanzas y sale a por ti soplando aire encerrado y miel.

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (4)


Rotas y frías,
capicúas,
mortales, enfermeras,
internas,
carnes, partas,
abiertas, 
húmedas, celosas,
oriundas y envidia.

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (5)


tengo que decirte ajo en la espalda
rosita pétalos picados
mordidas desde hace años 
una gran comilona entre las vértebras
que ni yo alcanzo ni tú prefieres
ajo por todos lados queso muerto y roto de arriba a abajo
mieles que ya alcanzan las últimas uñas y 
unas especias, 

no sé, 

unas hierbas.

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (6)


picado por tantos ojos ya…
abierto por tantas latas que…

morado de tantos mordidos…
herido con tantas heridas…
matado por tantas versiones…

Siete poemas para definir un muerto (suenan violines) (7)


limón atado, ¿quién se imagina limón atado?
un escaso hilo de un líquido también cítrico ata limón
no es grave, es limón atado.